El perverso "Pacto de Ciénaga" contra Carlos Caicedo

Desde hace unos días se viene denunciando, desde la bancada opositora en el congreso y desde la gobernación del Magdalena, un complot contra la administración de Carlos Caicedo. ¿En qué consiste este pandemonium?: Al menos 26 alcaldes del departamento (90% del total de sus municipios), surgidos de esos clanes politiqueros y corruptos que saquearon durante tres décadas las arcas de los Magdalenenses, habrían pactado desconocer el mandato de Caicedo en alianza con el gobierno nacional, adversario directo de Caicedo, pues su apoyo en las justas electorales se volcó hacia el clan Cotes y con ellos, a todo aquel que representaba el continuismo en la región.

Como representante de Duque-Uribe, el director del departamento nacional de Planeación, Luis Alberto Rodríguez, estaría involucrado en este ardid delictivo, ya que es quien maneja, entre otros, el sistema nacional de regalías. Uno de los objetivos de los 26 venales burgomaestres es precisamente los más de 320 mil millones por concepto de regalías y gastos de inversión destinados a esos municipios, buscando que les sean asignados directamente, en clara violación a los artículos 297 y 298 de la carta magna. Así mismo, se sabe que en esa treta están involucrados el cuestionado senador Pulgar (capturado por presuntos sobornos), Honorio Enríquez, Fabian Castillo, Kelyn Gonzales, Hernando Guida y Carlos Mario Farelo, todos de la misma estofa politiquera.

Pero no para ahí.

El segundo objetivo de los pactantes es suspender los proyectos de inversión social que se tiene previstos desde el plan de gobierno de Magdalena Renace.  Así pues, al desencadenar los dos primeros propósitos, lograrían el tercero: golpear duramente el gobierno de Caicedo, su imagen, y de paso sus aspiraciones presidenciales a futuro, todo esto sin la más mínima consideración por el pueblo, que es en últimas el más afectado con este tipo de rastreras tramoyas.  

La clase politiquera regional y nacional, herida en lo más profundo de su innoble alma con la estruendosa victoria de Caicedo, no solo busca sabotear su legítimo mandato sino apropiarse de los recursos de una sociedad que ha padecido por largo tiempo el azote de su fusta expoliadora que la ha ubicado varias veces entre las más pobres del país, pese a tenerlo todo para erigirse entre las más prósperas.  Es esta última variable la que amenaza a esos empobrecedores de masas: Si el Magdalena prospera con el impulso y la gestión de Caicedo —contrario a lo ha sucedido con aquellos facinerosos— puede, sin duda alguna, instalarse en el despacho del Palacio de Nariño. Y ese es su temor cerval, casi una pesadilla. 

El respaldo al gobernador electo es inmenso, desde sectores parlamentarios alternativos y personajes de la vida pública como Clara López y Gustavo Petro, hasta los sindicalistas de la salud, del transporte, de la educación, entre otros, dan muestras de apoyo y sobre todo, de consciencia por lo que está pasando en el grande y digno Tairona.

No son nuevos sus métodos.  Cuando no logran imponerse a punta de compra de votos, de fraudes en la registraduría, de exacerbar miedos infundados entre la población y otros tipo de mañas, activan la táctica ofensiva para sabotear el ejercicio administrativo. Y lo hacen desde todos los frentes, el principal es el estado, por medio de sus instituciones, en este caso el DNP.  Así pasó con Gustavo Petro en Bogotá y la Procuraduría General de la Nación, hasta que lograron su fugaz destitución del cargo.  La justicia nacional e internacional terminó dándole la razón y exponiendo en la picota pública a los enemigos de los verdaderos líderes populares.  Desestiman esta y otras experiencias, su insuflado ego les hace creerse intocables (como lo expresó Char) y persisten en tales conductas sin mediar razones ni reflexiones. Es cuestión de tiempo para que de nuevo sean señalados por la justicia y por el constituyente primario.  «Si los malos supieran lo buen negocio que es ser buenos, serían buenos, aunque solo fuera por negocio», apuntó el gran Facundo.