Hace un par de semanas, Barcelona daba una de sus peores caras y ponía en riesgo el único torneo en el que parecía tener vida aún. Lejos en La Liga de España y con una goleada en contra ante Paris Saint Germain que lo tiene con un pie afuera de la Champions, solo la Copa del Rey salvaba la temporada.
Sin embargo, el 0-2 en Sevilla no parecía ser tan lejano luego de que en la última semana, y por el torneo local, el conjunto catalán se llevó un triunfo clave por el mismo resultado y se ilusionó con la remontada en el Camp Nou, en el que pudo repetir el mismo once que se quedó con el triunfo en el Sánchez Pizjuán.
De arranque, Barcelona sabía que debía tomar las armas y no le eescapó a asumir el protagonismo. Antes de los 10 minutos generó un par de chances y a los 12 se iba a abrir el marcador con un gran gol de Ousmane Dembélé, que poco a poco se haya en el equipo y empieza a acomodarse.
Sevilla, por su lado, resignó el dominio de la pleota y apostó a las pocas contras que tuvo para poder marcar el tanto que obligaba a Messi y compañía a marcar 4 goles para meterse en la final. Sin embargo, en el primer tiempo no pudo hacer nada de lo planeado, pero contaba con la clasificación en la mano.
El complemento arrancó con igual sintonía, pero un Barca menos preciso. Con pérdidas en ataque sufrió en defensa y así fue como a los 72 llegó una de las primeras polémicas de la noche. Ocampos encaró a Mingueza y el árbitro sancionó un polémico penal, que le daba la chance a los andaluces de definir la serie.
Tras la falta y un corner en el minuto 93 y algunos segundos más, Antoine Griezmann recuperó la pelota y tras un enganche metió un centro fuerte para la cabeza de Gerard Piqué, que metía el 2 a 0, igualaba la serie y obligaba a la prórroga, en la que el Barca estaba mucho más entero.
En el comienzo del primer tiempo suplementario, el local aprovechaab el envión y con un gran cabezazo de Braithwaite, con complicidad del arquero Vaclik, revertía la serie y estampaba el 3 a 0 parcial. Sobre el final de la parte, otra vez la polémica se adueñaba del Camp Nou por una clara mano de Lenglet en el área, que fue revisada por el VAR y desechada por un roce en el pecho.
El segundo tiempo suplementario cambió de roles.Sevilla, obligado a un tanto, cedió en defensa y atacó con lo que pudo, aunque no logró inquietar a Ter Stegen en el arco. Barcelona, en cambio, contó con algunas contras que no pudo culminar de buena manera y apostó al dominio del balón.
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